Aliño casero de remolacha fresca asada

Precalentar el horno a 180°C. Lava bien las remolachas y quítales las hojas. Envuelve cada remolacha en papel de aluminio. A continuación, hornéelas durante unos 60 minutos o hasta que estén tiernas. Elijo el horno porque el sabor terroso de la remolacha se amplifica, añadiendo una profundidad maravillosa al condimento.

Mientras se enfría la remolacha, preparar el resto del condimento. Pon la cebolla picada, las manzanas ralladas, el azúcar sin refinar, el vinagre de sidra de manzana, el clavo molido, los granos de mostaza, la canela molida y una pizca de sal en una cazuela grande. Remover la mezcla a fuego medio hasta que se disuelva el azúcar. Bajar el fuego y dejar cocer a fuego lento.

Cuando las remolachas se hayan enfriado, pélalas. Un consejo práctico: utiliza guantes para no mancharte las manos. Ralla la remolacha. Añádelas a la olla.

Seguir cociendo la mezcla a fuego lento, removiendo de vez en cuando durante unos 40 minutos, o hasta que el condimento espese. Me encanta ver trozos de remolacha en mi condimento, pero si prefiere una consistencia más suave, puede hacer un puré de la mezcla ligeramente con una batidora de mano.

Por último, la salsa de remolacha está lista para ser envasada. Una buena opción es esterilizar los tarros en agua hirviendo o en el horno antes de llenarlos. Así el condimento se mantendrá fresco durante más tiempo.